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Las ideas políticas de Fontán, afianzadas en unos estudios universitarios que culminan en la Cátedra de Filología Latina, se fundamentan en un humanismo adquirido por su conocimiento de la antigüedad clásica, de la cultura greco-latina. Asimismo, es muy destacable en su pensamiento la primacía que siempre otorgó, al valor de la libertad del hombre en la acción humana. |
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| No es posible disociar del ámbito de las ideas, sus profundas convicciones morales y religiosas, la cultura cristiana, que fueron sustento de su existencia y alimento de la fe, el entusiasmo y la esperanza con las que abordó las importantes misiones que tuvo que realizar a lo largo de su vida, donde tuvo la oportunidad de mostrar su voluntad de servicio. |
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| Sin duda las virtudes romanas fueron un referente primordial de sus ideas, de la altura y elegancia de su comportamiento y de sus actuaciones en todos los ámbitos de la vida. Como Cicerón creía que la grandeza de la Nación dependía del respeto a su pasado y a sus tradiciones y que la familia, la religión y la patria eran bienes supremos, en torno a los cuales el hombre público debía orientar su actividad política. Había adquirido el don de la gravitas, un sentido de la importancia de las cosas, del deber que exigía responsabilidad, seriedad y determinación. |
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Si éstas fueron las raíces de la fortaleza de sus ideas y convicciones, la hondura de su sentimiento nacional le situó ante la responsabilidad moral, origen de su patriotismo, de entregar su vida al servicio de España y de su futuro, de poner su libertad al servicio de los demás. Siempre pensó que los españoles éramos continuadores del legado moral recibido de los ancestros (la continuidad nacional).
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Toda la acción política de Fontán estuvo presidida por la búsqueda de la reconciliación nacional, por la restauración de la Monarquía y de la legitimidad dinástica y por el restablecimiento de las libertades en España en el marco de una democracia liberal. Con permanente actitud patriótica persiguió el entendimiento entre los españoles, independientemente de sus ideas, fomentó continuadamente el debate civilizado sobre los problemas nacionales valorando la aportación de todos como mejor vía para construir una moral cívica nacional necesaria para afrontar los nuevos tiempos. En esta etapa dirigió diversos medios de comunicación y publicó numerosísimos artículos.
Siempre trabajó mirando al futuro de España, en la formación de distintas generaciones de españoles en el ámbito de la universidad, la política y el periodismo. Sirvió a la Monarquía sin dobleces, siempre creyó que era la mejor garantía para la paz, la cohesión, la consolidación de un sistema político democrático y la modernización de España. Consagró una muy larga etapa de su vida a defender la libertad de expresión y a través de ella el resto de las libertades políticas ausentes en España. Militó en la FPDL insistiendo por ello, en la necesidad de construir un sistema político basado en la democracia representativa, con un gobierno elegido libremente por los ciudadanos mediante el voto y sometido al Parlamento y a las Leyes.
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Desde su permanente actitud patriótica trabajó por una Constitución democrática que respondiera al pacto político por la convivencia, la integración y la concordia entre todos los españoles y que reconociera la fecunda relación, de unidad y diversidad, entre el Estado y sus regiones.
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Siempre tuvo la visión de que la vertebración territorial sería uno de los grandes problemas de España y desde la Presidencia del Senado y desde el Ministerio de Administración Territorial trabajó para el consenso, y el entendimiento entre todos como vía más eficaz para resolver los conflictos políticos y poder encarar con esperanza el futuro.
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| Arturo Moreno Garcerán |
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